Al final de cada relaciĂłn, con la duraciĂłn que sea, desde media hora a varios años, me doy cuenta de que ha sido un fiasco. Ya sea porque has puesto todo de tu parte, porque no hayas puesto nada, porque la otra persona no lograra motivarte, porque no estuvieras receptivo, por cuestiones fĂsicas, o simplemente por no cumplir las expectativas. Fiascos me encuentro muy seguido, evidentemente si sigo soltera es porque ninguno ha funcionado. Pero hoy vamos a centrarnos en aquellos pequeños y breves fiascos, que hasta les encuentro su gracia. Esta es la primera parte, atentos a las prĂłximas entregas, que de estos tengo a montones.
El cocinillas:
Este es el menor de los fiascos, porque le tengo un cariño inmenso. Tengo esa manĂa de no guardar luto despuĂ©s de cada fiasco, creo que quedar enseguida con alguien ayudarĂĄ a la superaciĂłn del anterior. Mentira cochina. Haciendo examen de conciencia, eso solo sirve para aportar mas inestabilidad a mi turbulenta mente en estado de decepciĂłn y frustraciĂłn, y para hacer daño a la pobre vĂctima que me encuentre post-ruptura.
HablĂĄbamos por Adopta un tĂo, tenĂamos muchas cosas en comĂșn. El dĂa que quedamos era la vĂspera de su cumpleaños. Cenamos en una terracita, con una amiga de mi ex sentada en la mesa de al lado, malditas coincidencias chafa-citas. Se hicieron las 12 y lo felicitĂ©, pobre, vaya mierda de cumple le di. Cada uno a dormir a su casa. Me caĂa (y me cae) tan bien, que pensaba que podrĂa surgir la chispa mas adelante, con el tema ex mas superado. Comida en mi casa, cena en la suya, fuimos juntos a comprar material de bricolaje (oh sĂ, esto era lo que mĂĄs me gustaba de Ă©l) y planeĂĄbamos muebles y jardineras con palets para nuestras respectivas terrazas. Y nos apuntamos a unas clases de cocina. A Ă©l le molaba la profe, que para mi era una estĂșpida engreĂda. Y nos hicimos colegas. De colegas, ya no habĂa vuelta atrĂĄs.
¡Bienvenido a la friendzone! Le lloraba cada drama de mi ex, hasta el dĂa que decidĂ volver con Ă©l. Me dijo: -un dĂa volverĂĄs llorando y tendrĂ© que decirte "te lo dije"-. Eso es exactamente lo que pasĂł. Con el tiempo, me dijo el "te lo dije" y tambiĂ©n la pena de que no hubiese surgido nada entre nosotros. Este tĂo vale oro...
El polĂtico:
Me iba de viaje a Ecuador con una amiga con la que me encontrarĂa alli. Lo que tiene el ser pobre, que el vuelo mas barato hacĂa escala en Miami. Viajo tanto que ya soy experta en el kit bĂĄsico de comodidad en el aviĂłn: leggins, sudadera, bambas, calcetines decentes para quitarte las bambas, almohada y cascos para no interactuar con vecinos de asiento. Me tocĂł el primer asiento de clase turista, justo detrĂĄs de los afortunados que viajaban mucho mas cĂłmodos que yo en primera.
De camino a Miami, mi vecino tenĂa un palique que no veas. Hice una excepciĂłn con lo de ponerme los cascos porque me regalĂł su postre, y me pareciĂł feo ignorarlo acto seguido. Y porque tenĂa 35 años y era bastaaaaante mono. Pobre chico, seguro que envidiaba mi sudadera, porque Ă©l iba hecho un pincel, de traje. La tĂpica pregunta de "negocios o placer", tuvo la siguiente respuesta: "aquel es mi jefe, nos vamos a la cumbre, claro". Claro, como si la gente que se va a hacer cumbres fuera de traje con los jefes.
Al ver mi cara de no entender nada, me explicĂł: se iban a la Cumbre Iberoamericana en PanamĂĄ, con su jefe, el presidente de un paĂs vecino que no mencionarĂ© pero podĂ©is imaginar, y Ă©l, que era su mano derecha, cargo que no voy a mencionar tampoco, no vaya a ser que los servicios secretos de ese paĂs tomen represalias. ¡Oh yeah! Quise ser primera dama, ¡lo veĂa clarĂsimo! Presidente vino a hablar con PolĂtico y se presentĂł cordialmente, me preguntĂł de dĂłnde era y fue muy amable. Me enterĂ© de algunos cotilleos del mundillo de los presis y PolĂtico me hizo una clase acelerada de historia de su paĂs, ademĂĄs de hacerme sentir de lo mas paleta e inculta. Cuando Ăbamos a aterrizar me dijo que le diera mi telĂ©fono porque ellos saldrĂan los primeros del aviĂłn e irĂan escoltados. Cuando salĂamos del aviĂłn, ellos primeros, claro, Presidente no vio que yo iba segunda y le dijo "Ei, maca l'argentina, oi?". Ups, se me ha escapado el idioma. PolĂtico me ha escrito por whatsapp regularmente durante 3 años, pero no nos hemos visto. Me invitĂł a cenar un par de veces que vino a Barcelona, pero... su novia y la posibilidad de escĂĄndalo pĂșblico, nunca mejor dicho, lo han dejado en nivel fiasco.
El chico del corazĂłn roto:
Lo conocĂ una tarde de verano. Chiringuito, cervecitas, shorts... EstĂĄbamos hablando de comprar muebles aqui o allĂĄ, cuando me dijo, asi sin venir a cuento, que tenĂa una tetas preciosas. MĂrame a los ojos. No puedo, porque tienes unas tetas preciosas. Me dijo que tenĂa derecho a mirĂĄrmelas porque yo estaba disfrutando con su cuerpo. Y hablĂł monolĂłgicamente de su cuerpo el resto de la cita. Ah, y un poquito de su ex que le habĂa roto el corazĂłn y ahora sabĂa que las tĂas como yo (¡¡¿de tetas preciosas?!!) no dĂĄbamos amor, sino solo problemas. Vaya, aĂșn no me explico porque seguĂamos con las cervezas.
Por mis huevos que a este tĂo lo enamoro, ¿quiĂ©n se ha creĂdo que es?. Estaba zumbado, el corazĂłn roto realmente le habĂa afectado. Me escribĂa una temporada por whatsapp, luego me pedĂa que borrara su nĂșmero. Lo hacĂa, pero el tĂo me volvĂa a hablar por el Viber. DecĂa que sabĂa que yo le harĂa daño. ¿¿¿¿Yo???? ¿Acaso me has visto cara de querer que te enamores de mi solo porque vas de chulo? AsĂ 3 años, un claro ejemplo de chico boomerang. Que te den, paso de enamorarte.
El que nunca ha entendido un no:
Me agregĂł al Facebook y lo aceptĂ© porque tenĂamos una amiga en comĂșn, quizĂĄs nos conocĂamos y no lo recordaba. Su cara me era tremendamente familiar, pero no, nunca habĂamos coincidido en la vida real. VivĂamos en el mismo barrio, asĂ que quizĂĄs nos habĂamos cruzado en el Mercadona, quien sabe. Por estas casualidades que me pasan a mi, resulta que trabajaba en la misma empresa que Manuel, a quien le preguntĂ© si lo conocĂa, pero nunca lo habĂa visto tampoco. Pero Ă©l si que habĂa visto a Manuel, porque se sentaban a dos mesas de distancia y Manuel era jefe, Ă©l solo era pringado. Al dĂa siguiente, mi amigo preguntĂł quien era, se acercĂł a Ă©l y le dijo
-Chaval, vete con cuidado. Que tĂș a Sofi no te la acabas.
Y me dijo a mi que me olvidara de este tĂo. ¡Pero si a mi me encantaba! Ăl sabĂa porquĂ© me lo decĂa, y quiso que me estrellara solita. DespuĂ©s de larguĂsimas conversaciones de WhatsApp, llamadas de telĂ©fono y casi creer que era el hombre de mi vida, quedamos el primer dĂa que dormĂa en Barcelona, despuĂ©s de mi Ășltima fatĂdica mudanza. El plan era que viniera a ver el piso nuevo y luego ir a cenar al Timbalet, el sitio perfecto para tarde-citas.
Me picĂł al timbre y subiĂł hecho un moco. No es metafĂłrico, era un moco andante, estaba resfriadĂsimo el pobre. Fucking Manuel, podrĂa haber sido mas especĂfico. Cena rĂĄpida y lo despachĂ©. AcudĂ a mis, por aquel entonces, clĂĄsicos silencios de "desaparece de mi vida". Pero no desapareciĂł, miles y miles de insistentes mensajes. Hasta que le dije:
-Mira chico, es cuestiĂłn de feeling, y aqui no ha habido.
No lo entendiĂł. Ăl siguiĂł creyendo que el feeling existĂa y yo no querĂa verlo. AĂșn siguiĂł una larga temporada saludĂĄndome de manera abrumadora por todas las redes sociales y apps de este paĂs. Yo de vez en cuando quiero ser educada y le contesto. Pero vuelve a la carga. Pesado...