Estaba saliendo con un chico que me gustaba mucho. Bueno, quizĂĄs decir "saliendo" es demasiado. Me veĂa con un chico una vez por semana, una vez cada diez dĂas, cada quince, cada mes. No Ă©ramos nada, yo seguĂa usando aplicaciones para ligar, como todos los inconformistas que las usamos buscando "algo mejor". Pero no encontraba nada mejor porque este chico realmente me gustaba.
El tema es que Ă©l no tenĂa tiempo para mĂ. Ni para mĂ, ni para nadie al parecer. Era un workaholic de cuidado. Trabajaba de sol a sol. Le apasionaba su trabajo. ¿He dicho alguna vez que me flipa la gente que hace las cosas con pasiĂłn? SĂ, claro que lo he dicho.
LĂĄstima que yo lo apasionara solo una vez a la semana, una vez cada diez dĂas, cada quince, cada mes.
LlegĂł un momento en el que le dije que ya no le escribirĂa mĂĄs. Porque Ă©l tardaba horas, dĂas o un par de semanas en contestar y yo podĂa enloquecer. AsĂ que hacĂa mi vida y Ă©l me escribĂa de vez en cuando y nos veĂamos si los astros se alineaban y coincidĂamos.
Por aquel entonces, vino mi tĂa a visitarme. Salimos a cenar y le contĂ© la historia de este chico que me gustaba mucho. Le dije que calculaba que me llegarĂa un mensaje suyo en breve, ya tocaba. Dicho y hecho, me escribiĂł mientras cenĂĄbamos.
TardĂ© medio segundo en contestarle. Me contĂł que habĂa estado con mucho trabajo. Con una amiga de visita. Que habĂa salido de viaje. Que tenĂa que volver a irse la semana siguiente. Y que querĂa verme. Yo le dije que sĂ. Mi tĂa se iba el viernes, quedarĂamos el sĂĄbado.
TardĂ© medio segundo en contestarle. Me contĂł que habĂa estado con mucho trabajo. Con una amiga de visita. Que habĂa salido de viaje. Que tenĂa que volver a irse la semana siguiente. Y que querĂa verme. Yo le dije que sĂ. Mi tĂa se iba el viernes, quedarĂamos el sĂĄbado.
Por suerte estaba mi tĂa de visita. Me viĂł la cara de ilusionada y me dijo: — Sofi, ¿te ha preguntado cĂłmo estĂĄs?—. DudĂ©. RepasĂ© la conversaciĂłn.
No. No me hizo ninguna pregunta. No me preguntó ni qué tal, ni cómo va todo, ni cómo estås. Nada.
Ese såbado ya no quedé con ese chico. Ya no me gustaba tanto.
A veces, los detalles mĂĄs simples son los mĂĄs importantes, ¿no?