QuerĂa escribir algo para cerrar el año, mĂĄs por acabarlo escribiendo que por tener presencia en esta vorĂĄgine de balances del año, propĂłsitos de año nuevo, comilonas, compromisos y consumismo en la que nos vemos todos, toditos, envueltos. Y es difĂcil pensar quĂ© escribir con tantas luces navideñas, el "creo que mi padre es un elfo" repitiĂ©ndose una y otra vez y la cara grasienta que tengo de comer tanto Suchard. Pero... hay un tema que me tiene preocupada en estos dĂas, paso a desarrollarlo.
Creo que hacen faltan mĂĄs detalles en nuestro dĂa a dĂa. Pequeños gestos que nos sacan una sonrisa, nos reconfortan en el momento oportuno, que tienen sentido y significado. Porque tener pequeños detalles, es un GRAN detalle.
Hace un tiempo me escribiĂł un mensaje una prima de Argentina con la que casi no tengo relaciĂłn. El mensaje ponĂa "Hola, Sofi. Que tengas un buen dĂa". Y pensĂ©: Ă©sta necesita algo. Pero tras preguntar desconfiada, me dejĂł descolocada saber que no, que solo querĂa desearme un buen dĂa. Me sorprendiĂł que hubiese tenido un detalle bonito. Y ese dĂa, fue un buen dĂa.
No sĂ©, quizĂĄs soy mĂĄs ingenua o mĂĄs romĂĄntica para estas cosas. Pero creo que se puede hacer mĂĄs feliz a la gente que nos rodea, dedicĂĄndonos a pensar un minuto en algo que suponga un detalle. Un detalle puede costar dinero, puede costar esfuerzo o puede costar tiempo. Puede costar mucho o puede ser facilĂsimo. EstĂĄn al alcance de todos y los tenemos muy, pero que muy olvidados.
Las tiendas estĂĄn llenas en estos dĂas. Gastamos pequeñas y grandes fortunas en regalos. ¿Pero pensamos quĂ© es lo que harĂa ilusiĂłn a la otra persona? ¿Por quĂ© le compras otro bolso a tu madre, que ya tiene diez? ¿Crees que vale mĂĄs un reloj que una hora de tu tiempo? ¿Vas a valorar mĂĄs unos turrones de esos caros que unos hechos mano a mano con tu hermana?
Un detalle que no olvidaré nunca, es el regalo de boda que me hicieron mis amigas de Argentina y mi familia: vinieron a la boda. Otro gran regalo que me hicieron fue un cepillo de dientes a modo de "esta ahora también es tu casa". También me regalaron una vez un cuento. Hasta fue un detallazo el de aquel chico que me regaló una berenjena en la primera cita.
Tuve un novio que contactĂł con mi madre, a la que aĂșn no conocĂa, para pedirle la receta de mi comida favorita. Me puse a llorar cuando abrĂ la puerta de casa el dĂa de mi cumpleaños y olĂa al pollo de mi madre. En cambio, hubo otro novio que me dijo que para Ă©l no eran especiales los cumpleaños y no me regalĂł nada. No entendiĂł que no debĂa ser especial para Ă©l, sino para mi.
Los detalles que no vienen en forma de regalo, que poco los valoramos. Un "¿cĂłmo te fue en la entrevista?", un "pasaba por aquĂ y vine a darte un beso". Una sopa calentita para pasar la gripe. Una flor en la bandeja del desayuno. Una postal escrita de puño y letra. Un abrazo porque sĂ. Una foto de un pez "porque me he acordado de ti". Un brindis por la amistad, un silencio cuando no hacen falta palabras. Visitar a tu abuela. Llamar por telĂ©fono a alguien sin avisarle antes por whatsapp que lo harĂĄs. Un apretĂłn de manos en grupo antes de salir al escenario. Un "cĂłmo te brillan hoy los ojos".
No me pondré propósitos incumplibles para este año.
No voy a desear feliz año.
Haré que sea feliz.
¿Te sumas?